SU AMOR ETERNO
Victor Hugo | Lizara García – Lletraferits
La vida transcurre monótona y sin historia en la villa de Sigisbert Hugo, padre de Víctor Hugo, y que anda ausente por el momento, pues sigue la pista del famoso Fra Diávolo.
En esa ausencia del padre, el notario Pierre Boucher y su esposa visitan a menudo a Sofía, madre del futuro literato Víctor Hugo, el cual ha encontrado inolvidables los momentos pasados con Adela Boucher, hija del matrimonio Boucher.
Por aquel entonces, Víctor Hugo tiene 15 años, y Adela 14, pero los dos jóvenes descubren dos cosas importantes: que se aman y que ya no son unos niños.
Víctor Hugo: -“Nos decíamos cosas simples e inocentes y ambos nos poníamos encendidos”.
Esta mutua admiración, hecha a veces de largos silencios interrumpidos por breves palabras pronunciadas en voz baja, dura muchos días, como si ambos tuvieran miedo de romper el encanto impalpable en el que estaban sumergidos.
Pero este encanto se termina cuando el matrimonio Boucher tiene que abandonar la villa donde pasaban unas vacaciones.
Dos años más tarde, Adela y Víctor vuelven a reunirse en un jardín de los Consejos de Guerra, donde el notario Boucher es administrador.
En ese momento, Adela es una joven hermosísima, radiante, de una femineidad inquietante.
Y Víctor Hugo es para ella una escultura de Fidias: alto, frente espaciosa, ojos de un gris azul desconcertante, en un rostro terso enmarcado por un bien peinado cabello rubio.
Pero ya no se acercan tanto como dos años antes, pues han adquirido la maliciosa inquietud del jugueteo amoroso.
Y es élla quien inicia el diálogo que hará confesar a Víctor Hugo el gran amor que siente por Adela, y a su vez, Adela confesará, radiante, que también lo ama.
En 1829, los esposos Boucher visitaron formalmente a la madre de Víctor Hugo, para hablar acerca de las relaciones de estos dos jóvenes, pero, cosa inaudita, la madre del poeta se negó a aceptar dichas relaciones.
“Víctor es hijo del General Conde Hugo, y goza ya de cierta celebridad como escritor. Tiene por delante un porvenir brillante y podrá elegir entre las jóvenes más ricas y distinguidas de nuestra sociedad… ¿Se imagina usted querida señora Boucher, que voy a permitir que mi hijo se una a la hija de un empleado sin dote y sin nombre…?”
Naturalmente, las dos familias se distanciaron definitivamente; pero Víctor y Adela mantuvieron una ardiente correspondencia secreta, que inflamaba más sus corazones.
Un buen día, Víctor se entera de que la familia Boucher se encuentra en una ciudad próxima, y decide trasladarse allá en busca de su amor, para lo cual, parte sin consultarle a su señora madre, y sin dinero en los bolsillos.
El camino es largo, porque lo hace a pie. Pide posada como cualquier vagabundo y a causa de su mal aspecto, después de varios días, es aprehendido por sospechoso.
Con miles de trabajos, Víctor Hugo logra convencer al comisario de que es hombre de bien, y es puesto en libertad.
Con esas trazas, pasa aún varios días en espera de poder ver a Adela, hasta que lo consigue; y en citas clandestinas se vuelven a jurar su amor eterno.
Hasta que al fin, el Notario Boucher decide olvidar la afrenta que les hiciera la madre de Víctor Hugo y acepta que los dos jóvenes continúen unas relaciones formales.
Las vacaciones siguientes, Víctor Hugo ya restaurado por aquella aventura, es invitado a pasarlas en casa de su prometida. Y así llega el día en que los padres de ambos comprenden que no es posible poner un dique al amor de los dos jóvenes, y en octubre de 1812 la bella Adela se convierte en la señora de Hugo, de Víctor Hugo, de uno de los más grandes poetas y literatos que ha dado la humanidad.
Deja un comentario