El baño – 3° de 6

¿SE PUEDE ETERNIZAR UN BAÑO?

¿QUIEN SE DEFENDIO CON UN ESCUDO DE AGUA?

¿PUEDE UN BAÑO DE SANGRE DAR LA INMORTALIDAD?

¿CUAL FUE EL BAÑO QUE CAMBIO EL CURSO DE UNA REVOLUCION?

¿SE BAÑARIA USTED POR UNA ORDEN?

¿PUEDE UN BAÑO SER EXPRESION DE AMOR Y DE HUMILDAD?

¿QUÉ REY SE BAÑÓ SOLAMENTE TRES VECES EN SU VIDA?

El tema del baño ha servido de inspiración a todas las artes, tanto en la música, como en la poesía, la pintura, la escultura y la danza.

Sería imposible nombrar las innumerables composiciones selectas que el baño ha inspirado, así como las canciones populares del folclor de todos los países.

Muchos son los pintores y escultores que han logrado maravillosas obras de arte con temas relacionados con el baño.

Así, por ejemplo, “La Bañista” es una genial estátua de mármol, esculpida por Falconet y que pertenece actualmente a un museo de Francia.

Los cuadros titulados, precisamente “Baño”, pintado por Corot y por Lancret, y que se exhiben en los museos de Burdeos y en la Galería Nacional de Londres, respectivamente.

El mismo Rembrant, con su característica firmeza de líneas, trazó varios dibujos, entre los que destaca el titulado: “Hombres Bañándose”.  Y del mismo Rembrant, artista incomprable, en la Galería Nacional de Londres, se puede admirar el cuadro “Mujer Bañándose” que muestra a una mujer metida en el aguas hasta las pantorrillas, y arrollándose el vestido para no mojar sus ropas.

Según cuenta la mitología, cuando nació Aquiles, su madre lo bañó en las aguas de la laguna Estigia, para que lo hicieran invulnerable.  Sin embargo, durante ese prodigioso baño, la madre de Aquiles se olvidó sumergirle a su hijo el talón, por donde lo tenía cogido, lo que ocasionó que fuera ese su único lugar vulnerable.

Y también se refiere que Aquiles, ya grande y héroe de muchas guerras, durante una encarnizada batalla, recibió un flechazo en el talón, que le causó la muerte.

Una leyenda teutona cuenta que Sigfrido, héroe incomparable, se empeñó en matar a un dragón para bañarse después en la sangre de este mostruo y hacerse inmortal, pero una hoja de tilo se desprendió de un árbol cercano y fue a caer en la espalda de Sigfrido, dejando vulnerable dicho lugar.

Y un dia, mientras Sigfrido se inclinaba en un riachuelo para saciar la sed, un cobarde enemigo le hundió su lanza en la espalda, precisamente en el sitio que sabía vulnerable para causarle la muerte.

Otro hecho relacionado con el tema:

Era la época del terror durante la Revolución Francesa.  La guillotina cercenaba cabezas, cayendo implacable.

Uno de los más feroces y sanguinarios caudillos de este movimiento fue Juan Bautista Marat, y precisamente, cuando Marat tomaba un baño de tina en su casa, fue asesinado por Carlota Corday.  Así, la Revolución Francesa se libró de uno de sus más despiadados líderes, a causa de un baño, que cambió por completo el derrotero revolucionario.

Cuenta la tradición que cierta vez Enrique IV de Inglaterra tomaba un refrescante baño, cuando le anunciaron que dos viudas solicitaban audiencia para implorar justicia, y el rey abandonó la bañera diciendo:

–Mis deberes de rey están antes que mis placeres.

A partir de entonces, y en recuerdo de aquella acción, se fundó la llamada “Orden del Baño”.  Y ésta, sirvió más tarde para premiar el mérito civil y el militar, ya sea por servicios prestados al Estado, o en el ejercicio de un cargo público.

De cualquier manera, como un símbolo de purificación, los aspirantes a ingresar a dicha orden, la noche anterior a su nombramiento, tenían que tomar un baño.

Mediante un baño en el Jordán, Juan el Bautista consagró a Jesús como el Mesías prometido.

Es digno mencionar el pediluvio, o baño de pies que la Magdalena, en señal de amor y de arrepentimiento, le dio a Jesuscristo.

Es memorable también el baño de pies, que en señal de humildad, Jesús le dio a los doce apóstoles, durante la Última Cena que tuvo con ellos, la noche que precedió a su muerte.

Por último, uno de los más acérrimos enemigos del baño, fue sin duda el monarca francés Luis XI, ya que, aunque parezca increíble, este monarca sólo se bañó en toda su vida en tres únicas ocasiones:

La primera vez, cuando nació.

El segundo baño, por orden arzobispal, fue cuando se casó.

Y el tercer baño, fue por orden médica, pero le causó la muerte. ¡Cuánta razón tenía Luis XI al afirmar, poco después de bañarse: Creí que iba a pescar una pulmonía!   ¡Y la pescó!


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