Dominus Meus – Poema

Poema escrito en 1956, por un servidor, rafael riquelme nesme, y dedicado con afecto y respeto al entonces cura de la Parroquia de San Miguel Arcángel, Rafael Rúa y Álvarez, QEPD.

I

   Señor: Te he visto en los aromas ténues

que suave el viento esparce por doquiera,

alzarse ingente y celestial Tu espíritu

entre el rumor agreste de las selvas.

   Te reconozco en el trinar del ave

y en el magno esplendor de la floresta;

el canto del arroyo te delata,

la espuma de las olas te revela

y el desmayado céfiro susurra

la excelsa magnitud de tu presencia.

   Yo Te he sentido en las auroras tímidas

brillar sobre el tapiz de las praderas,

y Te he visto en la paz de los ocasos

junto a las cruces de las tumbas quietas,

meditando, tal vez, sobre esas ruinas,

despojo de esta mísera existencia.

.

II

   Te he visto por las noches, enclavado

En una cruz lumínica de estrellas,

y he visto derramarse, en los celajes,

la sangre de tus sienes por la tierra.

   Te he visto contemplando a los mortales

en un eterno deshojar de penas,

arrastrando sus duelos y pesares

entre sueños fugaces y quimeras.

   ¡Señor, Te he sorprendido sollozando,

no de dolor por Tus heridas cruentas:

los golpes en la carne se diluyen;

los golpes en el alma se perpétuan…!

   Sé que la pena que te inunda es mucha,

porque yo he descubierto en esas perlas

que el rocío lustral deja en las flores,

un sabor cual de lágrimas acervas.

.

III

   Señor, perdona el delirar infame

de mi mente perdida en las tinieblas;

perdóname Señor, por todo el llanto

que a tus ojos arrancan mis afrentas.

   ¡Señor, Señor, olvida los desdenes

de esta alma que la tuya así lacera:

no dejes que en el fango de la vida

me hunda sin ver la luz de tu clemencia!

   ¡No!: Deja tu perdón bajar clemente

sobre las ruinas de mi fe deshecha

en el cantar de plata del arroyo,

o en los efluvios de la brisa fresca;

y que al regar de mi jardín los restos,

renazcan otra vez las azucenas

como flores de amor, cuyo perfume

convierta en tus doctrinas mis tristezas.

.

Escrito en: 1956, por mí, rafael riquelme nesme


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