Calendario gregoriano: ¿Por qué la Iglesia se cargó 10 días en 1582?
¿DE DÓNDE PROVIENE LA PALABRA CALENDARIO?
¿SABÍAS QUE HUBO ONCE DÍAS QUE NO EXISTIERON?
¿CUÁNDO Y POR QUÉ SUCEDIO ÉSTO?
¿POR QUÉ EL CALENDARIO QUE RIGE AL MUNDO OCCIDENTAL SE LLAMA GREGORIANO?
Siglos antes del descubrimiento de América, los aborígenes del Continente ya tenían sus calendarios. Ante todo, mencionemos el de los Aztecas y su Piedra del Sol, y el calendario maya, basado en una ciencia astronómica de una exactitud admirable, que era más exacto que el actual.
La palabra calendario tuvo su origen en la antigua Roma.
Los sacerdotes convocaban al pueblo el día primero de cada mes para comunicarle los días feriados. A esos llamados se les dio el nombre de calendas, y de calendas viene calendario.
En un principio, la medida del tiempo se basó en los movimientos de la luna y el sol. Esto creó una confusión, por lo que Julio César encomendó al astrónomo griego Sosígenes la confección de un nuevo calendario. Sosígenes se basó únicamente en el movimiento del Sol, y lo llamó: Calendario Juliano.
El año fue calculado en 365 días y seis horas. Para comodidad, se acumularon esas seis horas y se decidió que cada cuatro años se agregara un dia al mes de febrero. Este es el origen de los años bisiestos.
Antiguamente, el calendario romano comenzaba el primero de marzo, pero Julio César dispuso que comenzara el primero de enero, fecha en que los cónsules entraban a desempeñar sus cargos. Y el calendario Juliano comenzó el primero de enero del año 45 antes de Cristo.
Pero cuatro siglos después, la Iglesia Católica descubrió una grave confusión en la fecha de entrada de las estaciones, y después de que el problema fue tratado en los Concilios de Constanza, se decidió dejar la resolución en manos del Papa Gregorio XIII, quien fijó la entrada de la primavera el 21 de marzo. Por eso el nuevo calendario, que aún nos rige, se llama Gregoriano.
Esto dio origen al curioso caso de los once días que no existieron. Porque el Papa Gregorio XIII, como único recurso para ajustar su nuevo calendario, le quitó once días a ese mes de octubre de 1582, y al jueves 4 le siguió el viernes 15. Por eso, esos once días fantasmas nunca existieron.
Sin embargo, nuestro calendario no es rigurosamente exacto, según la astronomía, ya que se adelanta 3 días cada 10,000 años.
Así es que si piensas vivir esos 10,000 años, ve poniendo a tiempo tu reloj.
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