Don Gato y su pandilla – 4 vientos
(Tomado de un recorte de periódico cuyo nombre y fecha desconozco)
(Autora del Ensayo: Susana Fisher)
Una noche, tomando café sobre Reforma, José Antonio Alcaraz demostró una vez más que tiene una memoria digna de envidiarse, Su erudición va más allá de todo… jugamos a que él recordara todo tipo de gatos: gordos, pachones, relamidos, juguetones, inteligentes, coquetos, inspiradores de sinfonías, ballets, gatos estrellas cinematográficas como también actores de teatro.
Hablemos de gatos…
Hablando de gatos te diré: en música recuerdo La Fuga del Gato, de Scarlatti. El tema se lo dio su gato cuando caminó encima del clavecín, dice la leyenda. Le creo a las leyendas, sobre todo si las dicen las malas lenguas; hay que creerlas, son signos de fe. También tienes al gato de Pedro y el Lobo, de Prokofiev, representado por un clarinete staccato. Stravinski, conversando en su autobiografía con Lovecraft, relata que nunca ha visto una ciudad con más gatos, ni más musicales, que Venecia: los gatos salvaron al puerto porque se comieron las ratas que llevaban consigo la peste; entonces surgió un decreto que a quien mata a un gato en Venecia se le impone una multa altísima.
Por otro lado, es muy raro en una ciudad acuática, donde en los campielli, las plazitas en que la gente se sienta a descansar, a las siete de la mañana salen los gatos y existen empleados municipales encargados de nutrirlos.
De Stravinski recuerdo La Berceuse du Chat (El Arrullo del Gato).
Rossini tiene un dúo de gatos, dos obras musicales donde los gatos cantan: La Sereneta Veneciana y El Niño y los Sortilegios.
Ravel tiene también un dúo de gatos, con libreto de Collet.
La primera pieza que compuso en su vida Aaron Copland -la primera que le editaron- se llama El Gato y el Ratón.
Luego está la ópera del catalán Monsealbach inspirada en el cuento de Perrault, El Gato con Botas.
El Gato con Botas participa también como personaje en La Bella Durmiente, de Tchaikovsky: creo que en divertissement tiene su danza.
Se dice que las tripas de gato se usaban como cuerdas de violín durante cientos de años.
¿EN TEATRO HAY GATOS?
En el teatro, también El Gato con Botas se cuela a través de la obra de Ludwig Thieck -lo más importante escrito en el siglo XVIII en Europa.
Lo que actualmente se ve en el teatro de que los actores pasan en medio del público y se sientan entre ellos y de pronto cometen la acción; todas estas cosas que parecen modernas, ahí se establecieron.
Recuerdo un análisis maravilloso de un francés sobre el significado del gato con botas: la personalidad, la riqueza para el tímido obtenida a través del habilidoso; una mano lava a la otra, para decirlo en mexicano.
Y EN LAS TRADICIONES MEXICANAS.
En las tradiciones mexicanas, encontramos los gatos de Cri-Cri, por ejemplo el que menciona a Micufús, el gato de barrio, y el otro gato, al que le pìsan la cola.
En la tradición familiar hay una leyenda mexicana sobre cómo nacieron los gatos: el niño Jesús andaba buscando jugar con algo y no había más que los trocitos de madera del taller. Ya tenía para entonces un año, o año y medio, lo cual sitúa la anécdota en Egipto -donde el gato es un animal sagrado; no se cómo se llama, si Orus, o Teth-. Entonces, la Virgen tomó de la chimenea un puñito de humo, lo hizo bolita y de ahí nació el gato. Esto es una tradición mexicana, y a mí me la contó mi mamá.
En música popular mexicana, El Gato Viudo, del compositor Chava Flores, aquella canción que empieza: “Cuando la luna se pone regrandota…”
Y algunos cuántos dichos:
Te dieron gato por liebre…
Están como perros y gatos…
-Te vinieron a buscar. -¿Quién? –Perros y gatos en un costal…
No hay que buscarle tres pies al gato…
Un ojo al gato y otro al garabato…(el Gato Garabato es el personaje que publicaba Paquito hacia los años 50s).
Aquí hay gato encerrado…
La curiosidad mató al gato…
Otro dicho mexicano, muy antiguo, dice: Como los gatos: nada más le echan tierrita a su porquería encima…
Es una pelea de gatos…
Andas como gato escaldado…
Había una vez un gato, con los pies de trapo y los ojos al
revés ¿Quieres que te lo cuente otra vez…?
Otro dicharacho que se volvió el título de una obra: Sólo de noche salta el gato.
Además están las supersticiones sobre el gato negro que se cruza en tu camino, y sobre las siete vidas del gato.
LOS GATOS DE ESPAÑA
La Gatomaquia, poema fundamental de Lope de Vega -escenificado en 1966 en el Teatro Jiménez Rueda. Reparto: Jacqueline Andere, Rosa María Moreno, Raúl Dantés y Sergio Jiménez. Personaje central: Marramaquis. La Gatomaquia es en cierta forma una imitación derivada de la Batramicomaquia, el otro poema de Homero, y del que nadie habla: es la guerra entre los ratones y las ratas, todo como una gran parábola de la estupidez de la sociedad. Lope de Vega toma esa base de Homero, pero la hace entre los gatos.
Tenemos la zarzuela titulada El Gato Montés, que es como un primo del leopardo; y el pasodoble que se oye tradicionalmente para el paseillo en las corridas de toros es el famosísimo El Gato Montés. Parece ser que el autor de éste es Manuel Panella, quien murió en Cuernavaca. En poesía, León Felipe escribió: Yo soy el regazo del gato…
¿FRANCESES?
Cuando una mujer está caliente, es La Gata Sobre el Tejado -título también de una obra de Tennessee Williams. Un cabaret muy importante en París es Le Chat Noir (El Gato Negro), y existe una callecita, atrás de la iglesia, casi al borde del Sena, que conecta el Boulevard Saïnt Michel con el muelle, que se llama Calle del Gato que Pesca (Rue du Chat qui Pêche). En la poesía existe también un poema de un surrealista que se llama Le Chat qui Fume (El Gato que Fuma).
GATOS EN EL CINE
EL GATO EMPAREDADO, de Edgar Allan Poe, y toda una serie de películas sobre gatos, o donde los gatos juegan un papel preponderante, sobre todo en las cintas de suspenso y, mejor aún, en las de terror.
Bertolucci, en uno de sus más grandes éxitos fílmicos, utiliza una escena donde un gato es la primera víctima de los fascistas. Cuando la gente ve cómo un Camisa Negra mata a un gato, ahí se le revela el manipuleo y la mentira de Mussolini…
Una película con Barbra Streissand que se llamó El Búho y la Gatita, cuyo tema original fue una obra de teatro.
Otra. Esta de Alfred Hichcock y Cary Grant en Mónaco, llamada Para atrapar al ladrón.
Por supuesto, están los gatos de Walt Disney: los siameses maldosos, aquellos que son una pareja tremenda en La Dama y el Vagabundo, o en La Noche de las Narices Frías, o en Los 1001 Dálmatas.
Están los dibujos animados de Don Gato y su Pandilla.
La brujita de la serie comics de Lulú, tiene su gato.
Tom y Jerry.
Garfield. Y otro, que es una mala imitación de éste, llamado El Gato Culto.
Y ni qué decir de aquel gato de Alicia en el País de las Maravillas, que es sólo una sonrisa, conocido como el Gato de Cheshire.
LOS GATOS EN LA HISTORIA
La matanza de gatos en Francia, que preludia la revolución Francesa; el libro está publicado por el F.C.E. y se llama La Matanza de los Gatos en París.
En la historia de Egipto existen innumerables gatos: hay templos para los gatos, y se les encuentra en la mayoría de los sarcófagos.
Otro gato muy famoso es que el que le avisó a Lord Nelson que ya venía Trafalgar.
El famoso gato que se interpuso entre San Francisco de Asís y el Papa.
El gato que llegó cruzando frente a los elefantes que venían de Cartago con Aníbal. Eso fue tomado por las Sibilas (mujeres que ven el futuro) como mal augurio porque a Julio César se le ahogó su gato cuando cruzó el Rubicón.
OTROS GATOS LITERARIOS
El gato de Julio Cortázar que se llamaba Theodor W. Adorno en honor del filósofo y musicólogo alemán. Y es personaje de uno de sus cuentos.
El gato de Dorian Grey, delante de cuya estatua hace el pacto consigo mismo para conservar la belleza y juventud, y que sea el retrato el que reciba el mal.
En una fábula de Samaniego se lee: ¿Quién le pone el cascabel al gato?, indicando con ésto enfrentar un dilema pavoroso.
Y en nigromancia, las brujas se muestran generalmente con un gato negro en el hombro.
ALGO MÁS PARA TERMINAR
Los bigotes le sirven al gato para su equilibrio y como sentido del tacto. Además, con la luz del sol, se produce una reacción química adentro de ellos que les permite absorber la vitamina D, la cual es indispensable para ellos, y que es un fenómeno de fotosíntesis, como la clorofila para las plantas.
Hasta aquí el ensayo de Susana Fisher.
Posiblemente le faltaron algunos gatos famosos, reales o ficticios, pero, respetando su trabajo, quiero mencionar la omisión de un gato famosísimo, creado por la pluma de Pat Sullivan: EL GATO FÉLIX, de la era del cine mudo, que hizo su aparición en el año 1919, y perduró durante muchos años, en las tiras cómicas de algunos periódicos de circulación nacional, e internacional.
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